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Un sobreviviente de los tambos caprinos de todo San Juan

No son más de 5 los establecimientos de obtención de leche de cabra existentes en la provincia, contando los de las escuelas agrotécnicas.

Sobran los dedos de una mano para contar los tambos caprinos como el de la Cooperativa Costa de Vargas Ltda. del Departamento Angaco e integrante de la Federación de Cooperativas Agropecuarias de San Juan Fecoagro Ltda., empresa integrada por unas 14 familias de este distrito del norte del Valle de Tulum.

Alberto de los Ríos es el responsable de este establecimiento modelo, que cuenta con un reservorio genético provincial invaluable, dotado de 200 caprinos de la raza Saanen, puros por cruza de machos de puros pedigree, descendientes del recordado tambo caprino Cabaña las Majaditas de la localidad de Carpintería, departamento Pocito.

«Actualmente en contamos con una majada de 12 animales en ordeñe», explicó De los Ríos, relatando entre muchos temas que, «comenzamos hace casi 15 años con cabras criollas y algunas Anglo Nubian. Fuimos mejorando la raza con machos puros Saanen que se adaptan a nuestra zona y pasamos de un rinde en ordeñe de 0,5 a 0,8 litros promedios de ordeñe diario, al rinde actual de 1,8 litros por animal diario y ampliamos el número de días de lactancia y el perfil cárnico de los cabritos también».

Explicó también que «somos muy cuidadosos con su plan sanitario y para ello llevamos la trazabilidad de cada animal, con su respetiva caravana en la oreja y diferente color, para saber su edad, estado de vacunación y desparasitación, número de pariciones días de lactancia entre otros temas».

El establecimiento cuenta con un sistema de bretes que conduce los animales al tambo, donde «una ordeñadora de dos bajadas da cuenta de las ubres de las cabras de a dos en dos». Consultado por la alimentación, destacó que «la hacemos a campo con suplementación pequeña de alfalfa y maíz», agregando finalmente, «nuestra producción se congela en bolsas esterilizadas en un frízer y luego es transportada a Fecoagro en Santa Lucia, dónde se elaboran los quesos».

En deuda

La actividad caprina ha ocupado y ocupa el desvelo de Suplemento Verde de Diario de Cuyo al punto de que, dos de sus redactores, el ingeniero Alejandro Acosta y quien suscribe el artículo, licenciado Adrián Alonso junto a la licenciada Daniela Giner; conformaron el equipo técnico que, a solicitud del entonces diputado provincial por el departamento Iglesia, Guillermo Leoncio Alonso, elaboraron el sustento técnico de la Ley de Provincial de Caprinocultura Nº 7.749, sancionada el jueves 9 de noviembre del año 2006.

En la misma se adhería además a la Ley Nacional inspirada en nuestra normativa provincial, gracias a la gestión de la entonces legisladora nacional Margarita Ferrá de Bartol, Ley Nº 26.141.

Alonso en aquel momento indicó que ‘la conclusión del trámite legislativo correspondiente a este proyecto, no sólo alegra a este diputado, sino a profesionales y empresas sanjuaninas, que preocupados por la realidad productiva de nuestra tierra, colaboraron en la concreción de este emprendimiento, dirigido a asistir al esforzado productor caprino de la zona rural sanjuanina, poniendo a su alcance una variada gama de herramientas que posibiliten incentivar su actividad’. Inmediatamente entonces esta normativa provincial fue indispensable para ejecutar las líneas de apoyo nacionales a esta actividad, con recursos económicos anuales y como marco regulatorio que protege a pequeños y medianos productores para darle un fuerte impulso a la actividad caprina.

Programa Caprinocultura

A partir de la ley provincial 7.749 de Caprinocultura sancionada en el 2006 se generó un espacio para la creación de la Coordinación provincial del Programa de Caprinocultura y una comisión asesora técnica integrada por entidades del sector pecuario y un representante por cada municipio.

Determinó también la creación de un equipo interdisciplinario de profesionales y la acción conjunta con los planes nacionales, para evitar la progresiva desaparición de la actividad mediante acciones integrales en materia social, sanitaria, agropecuaria y comercial.

Menos cabezas

12 años después, lejos de haber crecido la actividad, se achicó alrededor de un 35% la población caprina provincial fundamentalmente por la última sequía, pasando de un stock de unas 76 mil cabezas a un poco más de 50 mil, aunque esta afirmación sea hecha solo en base a estimaciones privadas y sin la existencia de datos de organismos oficiales.

Ojalá en los nuevos tiempos de la ganadería local la ley sea interpretada y ejecutada en todo sus espíritu y con recursos económicos suficientes que incluyan a esta actividad, aun hoy marginal, en el desarrollo regional. Tiene un potencial extraordinario si la explotación de la cabra es integral y el agregado de valor se tiene como premisa en un proyecto ejecutado para beneficio de los puesteros y no sólo de quienes conducen las acciones de asistencia.

El gobierno Nacional acaba de anunciar que el INDEC se prepara para relevar el campo del siglo XXI, un operativo se desplegará en más de 190 millones de hectáreas, abarcando desde producciones tradicionales y artesanales. Esperemos que podamos tener nuevos números para poder adoptar medidas en favor de nuestra caprinocultura.

Por Adrián Alonso
Fuente: Diario de Cuyo

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